Siempre está a mano y es de gran ayuda en algunos casos, sobre todo cuando no se sabe qué hacer o se quiere “tirar la pelota para adelante”, como se dice en términos futboleros. La zona gris bien podría sacar la patente de tucumanidad por la gran cantidad de cosas que van a parar en ella, especialmente. Nuestros representantes suelen ser los principales contribuyentes: promesas, reglamentaciones de leyes, soluciones a problemas de diversa índole... Por ejemplo, el cobro del estacionamiento en la vía pública, en San Miguel de Tucumán, sigue en manos de personas desconocidas.
En la sección Cartas de nuestra edición de ayer, un lector recuerda que hace más de un año le propuso a la Municipalidad capitalina una iniciativa para que ella misma se ocupara de vender mensualmente una tarjeta para estacionar en determinadas cuadras de la ciudad, excepto en el microcentro. “La Municipalidad engrosaría sus arcas con la suma de $432 millones en un año. Es una suma razonable que podría ayudar a mejorar fundamentalmente el tránsito y el bienestar de la población”, señalaba Federico Vázquez.
Desde hace muchos años, la prestación presenta irregularidades. LA GACETA del 22/2/03 señalaba: “el Estado no recibe un solo peso por el estacionamiento callejero... las dos concesionarias que explotan el servicio ganan unos $4 millones por año... El Centro de Lisiados que explota el estacionamiento desde 1972 nunca cumplió con las obligaciones tributarias...”
Las concesiones para cobrar el estacionamiento callejero medido vencieron en 2005. La Municipalidad decidió ese año que estacionar en el microcentro no costaría nada hasta que se adjudicara la concesión del servicio. No obstante, los ex empleados de empresas dedicadas a ese rubro comenzaron a cobrar a voluntad por el cuidado de los autos. En mayo de 2010, un edil le dijo a nuestro diario: “la situación del estacionamiento medido en el centro es totalmente irregular. Cualquier persona se para en una calle y cobra a los automovilistas. Hasta armaron cooperativas y entregan un ticket por el servicio sin estar autorizados por la Municipalidad”. En 2015, el Concejo Deliberante aprobó un proyecto de ordenanza, pese a la oposición de miembros del Centro Mutual de Lisiados Unidos de Tucumán, cuya concesión estaba vencida desde hacía una década. Se establecía que los usuarios podían abonar el servicio a través de la emisión de un ticket, pagando las horas de estacionamiento en quioscos, telecentros o cualquier comercio, que debían estar inscriptos en el municipio para poder operar. La ordenanza quedó en suspenso.
El cobro del estacionamiento continúa siendo caótico. El cuidador generalmente carece de identificación y en consecuencia, el automovilista no sabe en manos de quién dejará su vehículo, como desconoce si este es una persona con antecedentes delictivos. La llamada contribución “voluntaria” es compulsiva en muchos casos. Si el cuidador o la entidad a la que dice pertenecer no se hace responsable por los daños, ¿cuál es el servicio que presta? ¿Qué beneficio recibe el usuario? Con lo recaudado del canon, el municipio debería efectuar el mantenimiento de las calles o realizar otras mejoras en la ciudad.
Ya que su predecesora no lo hizo, sería importante que la actual administración municipal sacara de la zona gris este asunto y le diera una solución definitiva.